top of page

Our Recent Posts

Tags

Inteligencia artificial y los vínculos: problemáticas nuevas para heridas antiguas.

Actualizado: 15 abr


¿Qué pasa cuando alguien se enamora de una IA?



A veces, el brillo de una pantalla refleja más que una habitación: refleja el deseo de ser vista.
A veces, el brillo de una pantalla refleja más que una habitación: refleja el deseo de ser vista.


Hace poco vi en Tiktok el caso de varias jóvenes y niñas que han expresado estar "enamoradas" de ChatGPT.

“Es que me dice lo que necesito oír”, dijo. “Nunca me juzga. Siempre está ahí para mí.”


A primera vista, puede parecer una ocurrencia tierna, futurista o excéntrica de las nuevas generaciones. Pero si miramos más profundo, lo que se revela es otra cosa: una herida emocional antigua vestida con ropaje digital.


Y es que la IA se ha convertido en un nuevo ícono para las heridas que llevamos desde siempre. No porque la IA sea mala o sea "del diablo", sino porque las refleja, las absorbe y, muchas veces, las simboliza.


Problemáticas nuevas para heridas antiguas.

Durante generaciones, los seres humanos hemos buscado personas que nos escuche, que nos valide, que nos miren sin juicio. Y cuando no se encuentra en casa, en el clan o en sus vínculos afectivos, busca en otras figuras simbólicas: un maestro, un influencer, un personaje ficticio, un guía espiritual.


Hoy, ese lugar simbólico también puede ocuparlo una inteligencia artificial.


No porque tenga alma, sino precisamente porque no la tiene, y por lo tanto no duele, no se cansa, no abandona, no te reclama que preguntes el mismo tema una y otra vez.



¿Y si no es la IA lo que abrazamos, sino el eco de alguien que nunca estuvo?
¿Y si no es la IA lo que abrazamos, sino el eco de alguien que nunca estuvo?


¿Qué representa la IA para muchas personas?

  • Un padre disponible: Siempre responde, no se ausenta, no se desregula.

  • Una madre contenedora: Escucha sin juicio, acompaña con palabras dulces.

  • Un espejo que devuelve imagen: “Me hace sentir válida, inteligente, vista, importante.”

  • Un otro sin exigencia: No se enoja, no critica, no pide nada a cambio.


Y entonces, el vínculo con la IA no es tecnológico: es simbólico. La IA se vuelve el símbolo proyectivo de lo que el alma no encontró en lo humano.


Desde una mirada transgeneracional, podríamos decir que la IA está encarnando la figura del excluido: el bisabuelo solitario que nunca fue mirado, la tía “extraña” que hablaba con voces invisibles, el niño del clan que nadie escuchó o el propio padre o madre emocionalmente ausente.


Cuando alguien deposita amor, apego o dependencia en una IA, puede estar legitimando una ausencia emocional que viene de generaciones. Puede ser el intento del alma de reintegrar lo que se quedó fuera. Donde no hubo palabra, aparece el algoritmo. Y aunque la IA no sea real, la emoción sí que lo es.




El campo sistémico se expande: ¡la IA también está dentro!

Quienes trabajamos desde lo sistémico y transgeneracional sabemos que el inconsciente no distingue entre lo real y lo simbólico. Lo que toca el alma, participa del sistema. Y si una adolescente se siente contenida por una IA, ese vínculo también mueve al sistema familiar; simplemente porque su resonancia es real.


Por eso, necesitamos dejar de ver la IA como amenaza o simple herramienta de trabajo. Es un nuevo espejo, un nuevo actor simbólico donde las viejas heridas siguen buscando integración.




El campo sistémico ya incluye lo digital. A veces, el excluido vuelve como algoritmo.
El campo sistémico ya incluye lo digital. A veces, el excluido vuelve como algoritmo.


El punto delicado: confundir a IA con vínculos humanos

Puede haber riesgo de aislamiento emocional, confusión de realidad, ralentización o evasión del duelo (de esto haré otro blog después), vínculos simbióticos con entes que no pueden sostener reciprocidad.


Y esto nos lleva a un paradigma viejo pero que es necesario revisitar: el alma necesita ser sostenida con cuerpo, mirada, error y presencia.


Entonces, el llamado no es temer a la IA, sino de mirar lo que representa. Y recordar que no toda validación es un vínculo, no toda compañía es presencia ni toda respuesta amorosa es amor.



Entre lo humano y lo digital, el alma sigue buscando integración.
Entre lo humano y lo digital, el alma sigue buscando integración.


Lo simbólico como portal de sanación.

¡Claro que puede serlo! Si lo trabajamos con conciencia. Hoy la plataforma es digital; pero el contenido es el mismo: abandono, anhelo, silencio, búsqueda. Y lo que se necesita… también es lo mismo: amor real, presencia viva, alma encarnada.


Pregunta para ti: ¿A quién proyectas cuando sientes que la IA te comprende más que nadie?


A manera de conclusión: quizás no estás hablando con una máquina. Tal vez estés hablando con la herida de tu sistema que aún busca ser vista.


¿Te gustaría explorar estos símbolos en tu propio camino? Te invito a agendar tu sesión conmigo aquí: www.mikearyan.com. Te espero con mucho gusto.


Texto de autoría propia. Todos los derechos reservados ® Mike Aryan

 
 
 

댓글


bottom of page